jueves, 25 de febrero de 2010

DIABETES: CUIDADO DE LOS PIES

La diabetes es una enfermedad muy común.

Su frecuencia aumenta con la edad. Por encima de los setenta años la padecen el 15% o más de las personas.

Con el paso de los años, la diabetes puede crear problemas de salud.

La diabetes si no está suficientemente controlada, puede dar lugar a complicaciones que afectan al aparato circulatorio y sistema nervioso.

Con el paso del tiempo, la diabetes puede producir una disminución de la sensibilidad nerviosa y alteraciones en la circulación sanguínea de los pies.

En consecuencia, los pies de las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de sufrir heridas e infecciones y en ocasiones extremas puede llegarse incluso a la amputación.

Por ello son necesarias ciertas revisiones periódicas y como los pies están habitualmente sometidos a un trabajo continuo, es preciso dedicarles una atención especial.

¿CÓMO VALORAMOS EL RIESGO?
La sensibilidad nerviosa se valora de distintas formas, pero lo más frecuente es el uso del diapasón y del monofilamento.
El flujo sanguíneo se comprueba mediante la palpación de los pulsos en distintas partes de las piernas, o bien mediante un aparato denominado “doppler”.

Cuando la sensibilidad nerviosa o el flujo sanguíneo están por debajo de ciertos límites, las personas con diabetes deben extremar sus precauciones.

Las deformidades articulares (“pie plano”) y las zonas de presión excesivas (“juanetes”), facilitan la aparición de úlceras a este nivel.

CUIDADOS PERSONALES

Después de una valoración, a las personas con riesgo su enfermera o enfermero proporciona instrucciones y/o consejos, pero la prevención más eficaz la hace el propio paciente.

Los cuidados se basan fundamentalmente en:
• Inspección periódica y detenida de todo el pie.
• Higiene diaria y corte adecuado de las uñas.
• Elección apropiada de calzado, medias y calcetines. El zapato debe adaptarse al pie y no el pie al zapato.
• Prevención de heridas. No andar descalzo, evitar fuentes de calor directo, revisar el interior del calzado, etc.
• Estilo de vida saludable. No fumar, andar regularmente, limitar la ingesta de alcohol y grasas animales...

PEQUEÑO RESUMEN

La diabetes daña los nervios y los vasos sanguíneos.
El daño de los nervios es la neuropatía diabética.
Generalmente ataca los nervios de las piernas y los pies.
Los pies y las piernas se sienten adormecidos y muy fríos.
Las personas con diabetes tienen poca sensibilidad en los pies.
Tendrán mucho cuidado de usar zapatos que no les hagan daño, de comprobar el agua caliente y de todo aquello que le pueda ocasionar daños o heridas en los pies.
Revise los pies cada día: busque cortes, heridas, enrojecimientos o hinchazones. Use un espejo si es necesario.
Su enfermera puede revisarle los pies. Consulte y pídale que le revise los pies.

CALZADO ADECUADO:

No debe ser ni apretado ni suelto, el interior debe tener 1-2 centímetros más largo que el pie y la altura debe dejar bastante espacio para los dedos.
El calzado deberá comprarse a últimas horas del día y es importante que las personas con alteración neuropática vayan acompañadas de algún familiar para la valoración del zapato ya que al no tener sensibilidad al dolor pueden llevarse el calzado erróneo.

Se aconseja llevar plantillas de cartón dibujadas con el relieve de su pie para asegurar que el ancho y largo del zapato es el adecuado y probarlas en los zapatos que va a comprar.

En caso de deformidades en el pie deberán remitirse a personal especializado para que le recomienden un calzado especial para cada caso.
Los zapatos deben ser de piel flexible, con cordones o velcro y que se ajusten bien al pie, traspirables y con un interior sin costuras.

Deberán usarse progresivamente.

El tacón no debe ser superior a 5 cm.

EVITAR ANDAR DESCALZO
Tanto en casa como en espacios exteriores: playa, césped, etc.

MEDIAS Y CALCETINES Las medias y calcetines deben ser de tejidos naturales, no deberían llevar costuras pero si las llevan, colocarlas hacia fuera para no rozar con la piel.

CUIDADO DE LA PIEL:
Lavado periódico del pie con agua a 37º C, utilizando jabón con un pH adecuado (5.5), aclarado y secado correcto, sobre todo entre los dedos. Realizar una buena hidratación pero no en los espacios interdigitales. Inspeccionar posteriormente entre los dedos y las zonas de riesgo.
Casos especiales:

  • Piel seca: jabón graso.
  • Piel sudorosa: lavavajillas debido a su ph.
  • Xerosis, grietas: cura impregnando la piel con crema de urea y envolviéndolo en una bolsa de plástico para aumentar la hidratación.

    UÑAS:
    Las uñas deberán cortarse o mejor limarse con lima de cartón, pero rectas.
    CALLOSIDADES

Se producen en zonas de roce pudiendo provocar hemorragias subcutáneas, por lo que son zonas que requieren especial observación. Se debe hacer un desbridamiento periódico para evitar úlceras. NO UTILIZAR CALLICIDAS, ni productos irritantes (esparadrapos...). Es conveniente ponerse en manos de personal especializado.
FUENTES DE CALOR:

Posibilidad de quemaduras sin dolor. NO UTILIZAR
BRASERO, BOLSAS DE AGUA CALIENTE, RADIADORES, etc.




RECUERDE A SU ENFERMERA QUE LE MIRE LOS PIES AL MENOS UNA VEZ AL AÑO

Jerónimo Moreno Gallardo

(Enfermero de familia)

UGC Utrera Sur





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